No queríamos ponerle un nombre hasta que no lo probáramos y pudiéramos saber qué carácter iba a tener y así poder elegir un nombre acorde con él. Queríamos un producto diferente por lo que el nombre también debería serlo.
En mitad de una reunión familiar y en plena lluvia de ideas Luis dijo a ver si sois capaces de que lo llamemos MALACASTA, el cual pensó que no parecería bien al resto de la familia, pero confesó que lo pensó nada más probarlo. En ese momento la familia se miró y nos empezamos a reír. Aún nos acordamos y nos seguimos riendo de ese momento.
Decidimos ser atrevidos/valientes y poner el nombre de MALACASTA, inicialmente nos tomaron por locos, primero porque la aceituna en nuestra zona normalmente se recoge en el mes de diciembre y los dos hermanos locos se ponen dos meses antes a recogerla y en segundo lugar para mas paradoja le ponen el nombre de MALACASTA. Todo el pueblo y en los alrededores decían que estábamos locos.