Malacasta es una pequeña empresa familiar, formada por Luís y Lucía Serrano del Moral, dos hermanos que empezamos sin ningún tipo de experiencia en el sector y el único vínculo con la agricultura era por parte de nuestro padre, que tenía algunos olivos y era un pequeño productor de aceituna.

Nuestra Historia

Empezamos con una fábrica que fuimos arreglando poco a poco con muchísimo esfuerzo, tanto económico como personal. Tras dos años de restauración pudimos empezar a llamarla almazara, nuestra almazara, y a partir de aquí comenzaría la etapa más difícil, obtener el producto que teníamos en mente, AOVE que fuera organolépticamente perfecto.

¿Como empezamos?

Empezamos con una fábrica que fuimos arreglando poco a poco con muchísimo esfuerzo, tanto económico como personal. Tras dos años de restauración pudimos empezar a llamarla almazara, nuestra almazara, y a partir de aquí comenzaría la etapa más difícil, obtener el producto que teníamos en mente, AOVE que fuera organolépticamente perfecto.

En busca del mejor AOVE

Durante dos años nos dedicamos exclusivamente a formarnos para obtener el mejor AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Una formación muy exigente, ya que los que verdaderamente hacen un buen AOVE no revelan sus secretos, así que fue más bien a base de ensayo y error, con un condicionante, solo podíamos ensayar durante 15 días al año, ya que la materia prima solo está disponible durante ese periodo de tiempo.

Luis se formó como maestro de molino para elaborar nuestro ansiado AOVE, centrándose en batido de masa, temperatura, estado de la materia prima, en definitiva todo lo que tiene que ver en el periodo de elaboración y Lucía en la Cata de AOVE, otra parte indispensable para que ese AOVE fuera organolépticamente perfecto. En saber diferenciar perfectamente un buen AOVE de otro, en cuando una aceituna está en su punto óptimo para su recogida pudiendo sacar de ella los mejores aromas y el mejor color para el mejor AOVE. 

Teníamos claro que mientras no tuviéramos un buen producto no saldríamos a venderlo, era lo que teníamos en mente desde un principio, algo diferente de un sitio diferente, por lo que tras 6 años de pruebas en las que solo teníamos de margen 15 días al año, finalmente lo conseguimos. En la recoleta de ese año y cuando empezamos a molerlas tras 40 minutos comenzó a salir un líquido de color verde esmeralda el cual si te acercabas demasiado se te saltaban las lágrimas de la alta cantidad de clorofila natural que tenía ( cuanto más verde está la aceituna más clorofila concentra en su interior), un olor a hierba fresca recién cortada, hojas de higuera, planta del tomate, yoza, almendra verde iba inundando toda la estancia que ocupa la zona de fabricación. Aún ahí estábamos muy asustados porque temíamos que en boca estuviera desequilibrado, pero llegó el momento de catarlo y aún se nos ponen los vellos de punta, no había palabras para describir los matices tan equilibrados que podías encontrar una vez que probabas nuestro ansiado AOVE.  Por fin lo habíamos conseguido!!!!

Origen del nombre “MALACASTA”

No queríamos ponerle un nombre hasta que no lo probáramos y pudiéramos saber qué carácter iba a tener y así poder elegir un nombre acorde con él. Queríamos un producto diferente por lo que el nombre también debería serlo.

En mitad de una reunión familiar y en plena lluvia de ideas Luis dijo a ver si sois capaces de que lo llamemos MALACASTA, el cual pensó que no parecería bien al resto de la familia, pero confesó que lo pensó nada más probarlo. En ese momento la familia se miró y nos empezamos a reír. Aún nos acordamos y nos seguimos riendo de ese momento. 

Decidimos ser atrevidos/valientes y poner el nombre de MALACASTA, inicialmente nos tomaron por locos, primero porque la aceituna en nuestra zona normalmente se recoge en el mes de diciembre y los dos hermanos locos se ponen dos meses antes a recogerla y en segundo lugar para mas paradoja le ponen el nombre de MALACASTA. Todo el pueblo y en los alrededores decían que estábamos locos. 

La palabra MALACASTA en la zona de la Sierra Sur Jaen y el zona de la Subbética de Córdoba se le llama a los olivos centenarios que hay en las zonas de alta montaña, , ubicados a 1000m de altura , con una climatologia extrema, donde su acceso es prácticamente imposible y su producción es limitada. Lo que hace que sus frutos sean muy preciados debido a su escasez, su gran calidad y unas propiedades diferentes al resto y muy exquisitas. Y nuestro AOVE sale de esos olivos.

Justo después de elegir el nombre, empezamos con el diseño, al igual que todo lo anterior, no podía ser un diseño normal, debía ser un diseño diferente, ahora en estos momentos donde el AOVE está de moda es normal encontrar botellas muy elaboradas y con diseños muy bonitos, pero en aquel momento una botella de AOVE que pareciese una botella de licor era otra locura, pues la locura funcionó y tuvo una aceptación buenísima, pero no todo el mundo que compraba nuestro AOVE podía hacerlo debido al alto coste que tenía con el envoltorio de diseño, por lo que decidimos abaratar todo lo posible el envoltorio, pero sin cambiar el contenido. 

Somos defensores de que la cultura del AOVE, hay que darla a conocer, es una cultura muy interesante además de ser la grasa más saludable que podemos encontrar y hay que darla a conocer con un buen producto, no con lo que solemos encontrarnos en un lineal de cualquier supermercado.

El primer año que todo salió bien la producción fue pequeña, el segundo se duplicó y se ha ido duplicando año tras año hasta el día de hoy.

Estamos orgullosos de nuestro producto, pero de lo que más orgullosos estamos es de que hemos sacado un producto de un olivar tradicional el cual está desapareciendo por culpa de los altos costes de producción que tiene y la poca competitividad que puede tener en el mercado el aceite obtenido de estos olivos de alta montaña en comparación con las fincas de olivar superintensivo que podemos encontrar en muchas zonas y donde el coste de producción del AOVE es mínimo. 

Estamos defendiendo los olivares que nuestros abuelos o bisabuelos plantaron, en terrenos que se están abandonando y zonas rurales que se están despoblando,  haciendo este tipo de AOVE nos diferenciamos del resto y  nos aseguramos tener un producto que nadie puede tener a no ser que tengan estos olivos y por ello hay que seguir defendiendo nuestras raíces, renovándonos y haciendo cosas fuera de normal. 

Hay muchas personas que inicialmente no creyeron en este proyecto diciendo que a estas alturas estaba todo inventado. Nosotros hicimos como las ranas sordas y  con ello nos vamos a permitir que os contemos una pequeña moraleja que ambos hermanos llevamos a cabo desde el inicio de este proyecto y que a día de hoy nos damos cuenta que hemos tenido razón pensando diferente:

Malacasta puede reflejarse aquí:

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo

Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.

Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, las ranas de arriba le dijeron a las dos ranas del fondo que para efectos prácticos, se deberían dar por muertas.

Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con toda sus fuerzas.

Las otras siguieron insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.

Las ranas continuaron saltando tan fuerte como les era posible.

Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejaran de sufrir y que simplemente se dispusieran a morir, ya que no tenía caso seguir luchando.

Pero las ranas saltaron cada vez con más fuerzas hasta que finalmente lograron salir del hoyo.

Cuando salieron las otras ranas le dijeron: “nos da gusto que hayáis podido salir, a pesar de lo que os gritábamos”.

Las ranas le explicaron que eran sordas, y que pensaban que las demás las estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Los Malacasta cuando empezamos este proyecto todos creían que estábamos locos y que no íbamos a llegar a ningún sitio, a día de hoy, quieren ser partícipes de él y eso nos alienta de que estamos consiguiendo algo en una zona rural donde la agricultura del olivar tradicional se estaba dando por perdida.

Producción del AOVE

Lo que nos diferencia es nuestra manera de cultivar la oliva. Se trata de una dedicación que, como en cualquier obra de arte, requiere de tiempo, conocimiento, técnica y, lo más importante.... ¡Pasión! 

Nuestros olivos se sitúan a 1000m de altura, los cuales se enfrentan a climatologías extremas , al vivir en esta altitud.

La recogida de nuestro aceite se lleva a cabo a principios del mes de octubre, donde el fruto aún está verde, el cual conseguimos conservar todas sus propiedades a través de la extracción en frío. 

La extracción se realiza en frío mediante procedimientos mecánicos.  

Nuestro aceite

Nuestro aceite es un AOVE muy especial debido a dos cosas fundamentales, en primer lugar la variedad de aceituna que se utiliza para producirlo, dos variedades autóctonas de una zona determinada y con una producción muy pequeña. Y en segundo lugar por el color y los matices que encontramos en este AOVE tan especial, el cual tan solo abrir la botella y olerlo sabrás que estás probando algo diferente que jamás hayas probado.

Producimos dos tipos de aceite, el Malacasta  y el Serrano del Moral los cuales se diferencian por su fecha de recogida y la variedad de la oliva. 

El Malacasta es una aceituna de variedad picuda y carrasqueña y que se recoge la primera semana de Octubre. 

El Serrano del moral se obtiene de la aceituna de variedad Picual y se recoge a principios de noviembre. 

Poca cantidad de una calidad excelente”

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